La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) ha interpuesto una denuncia en vía administrativa ante la Dirección General de Agricultura de la CARM por la manipulación, persecución y captura a la que fueron sometidos unos cerdos en el evento de competición conocido como «Disfruta de marranos en el barro» realizado en la pedanía ceutí de Los Torraos el pasado 8 de julio.

Con la denuncia, firmada por el presidente de ANPBA Alfonso Chillerón, se adjuntan tres informes oficiales, uno del Consejo de Europa, y dos más de los gobiernos autonómicos de Andalucía y Asturias, para fundamentar su alegato de que, en esos eventos de persecución y captura de cerdos, los animales sufren profundo estrés psicológico.

Como se expone en la denuncia, «los concursantes persiguen a los cerdos, los acosan, se les echan encima, los agarran de cualquier manera, los levantan en vilo, los arrastran...»

Esta manipulación de los cerdos contradice un Dictamen del CONSEJO DE EUROPA sobre "el bienestar de los cerdos", que entró en vigor el 2 de junio de 2005, y en cuyo artículo 6 se determina, con total precisión y claridad, que los cerdos «no deben utilizarse en espectáculos públicos». Estos animales entran en pánico con enorme facilidad, atenazados por la angustia y el estrés. De modo que, para evitar los malos tratos, queda prohibido el ruido o la manipulación ruda, motivo por el que –según expone el Consejo de Europa–, «el nivel sonoro deberá reducirse al mínimo y deberán evitarse los ruidos constantes o súbitos...» (Artículo 16) y «a los cerdos se les deberá coger y manipular con cuidado y únicamente por personal competente y entrenado...» (Artículo 17).

Todas estas recomendaciones son diametralmente contrarias a un evento de competición como el denunciado «Disfruta de marranos en el barro».

Los informes oficiales de los Gobiernos andaluz y asturiano se manifiestan en el mismo sentido respecto al sufrimiento que se puede infligir a estos animales si son utilizados en eventos o espectáculos como similares al de «marranos en el barro» de Ceutí.

En su denuncia, ANPBA también ha repasado las numerosas sanciones administrativas impuestas por la Junta de Castilla y León a ayuntamientos e incluso asociaciones de vecinos a resultas de las denuncias administrativas interpuestas por ANPBA, ayuntamientos como Paredes de Navas (Palencia), El Espinar (Segovia), Sancti Espíritus (Salamanca); Chañe (Segovia), Baltanás (Palencia), y otros, el más reciente de los sancionados el Ayuntamiento de El Sahúgo (Salamanca), el 22 de febrero de 2016 con una multa de 1.500 €, y todos ellos por eventos con uso y persecución de cerdos, que han quedado definitivamente prohibidos. Y respecto a asociaciones de vecinos sancionadas por eventos con cerditos, ya en el año 2000 el Gobierno castellanoleonés incoaba expediente sancionador que puede comprobarse en el Boletín Oficial de Castilla-León (BOCyL):

http://bocyl.jcyl.es/boletines/2000/04/28/pdf/BOCYL-D-28042000-23.pdf

En su denuncia, ANPBA solicita al Gobierno murciano que se inicie un procedimiento para determinar si el evento «Disfruta de marranos en el barro» podría haber vulnerado el bienestar de los cerdos y provocado a los mismos sufrimientos, angustia, miedo y, en definitiva, malos tratos prohibidos por la normativa vigente, entre otros el Real Decreto 1135/2002 sobre normas mínimas de protección de los cerdos y la Ley 32/2007 que tipifica como infracción el incumplimiento de las normas en cuanto al cuidado y manejo de los animales; y que, en su caso, se determinen las presuntas responsabilidades susceptibles de sanción.

Además, hemos de recordar el Protocolo nº 33 sobre Protección de los Animales, incorporado al ordenamiento europeo con el Tratado de Ámsterdam, y ratificado por el vigente Tratado de Lisboa, establece que los animales ya no son meros "objetos" en el Derecho comunitario, habiéndoles sido reconocida legalmente el status jurídico de "seres sintientes" (sentient beings), por lo que un evento como el de «Disfruta de marranos en el barro» es incompatible con todos los parámetros establecidos sobre el bienestar de los cerdos.